El Colegio de Farmacéuticos de Huelva ha llamado la atención en un comunicado reciente, sobre el peligro que constituye el mal uso de los productos naturales.
La tendencia, cada vez más extendida, a consumir productos y tratamientos de origen natural como alternativa a los fármacos, provoca un fenómeno extendido en la misma medida y sobre este particular han querido advertir los farmacéuticos de Huelva, sobre el peligro de su generalización sin la consulta a expertos en la materia.
Se ha extendido la creencia de que los tratamientos llevados a cabo con productos de origen natural son beneficiosos y, como valor añadido, totalmente inocuos. De este binomio, el segundo factor no tiene por qué ser cierto. El hecho de que no existan efectos secundarios de forma taxativa como ocurre en el caso de la mayor parte de fármacos no significa que no existan casos de contraindicación.
Tal aseveración queda sobradamente respaldada por ejemplos que señalan como ciertas sustancias vegetales, minerales o animales son totalmente desaconsejables durante el embarazo porque pueden provocar problemas de salud en la madre y/o en el feto.
Para los farmacéuticos, el primer paso a seguir antes de iniciar un tratamiento con este tipo de productos debe ser siempre consultar con un facultativo, quien nos confirmará si alguna de las sustancias que pretendemos consumir presenta alguna incompatibilidad o contraindicación respecto de alguna enfermedad o dolencia que suframos.
Por otro lado, también ocurre con demasiada frecuencia que ciertas estrategias comerciales del mercado recurren a llamativos mensajes publicitarios que otorgan propiedades naturales a productos que realmente no lo son, con el consiguiente riesgo añadido al anteriormente expresado.
Un tratamiento apoyado en medicamentos naturales, igual que otro apoyado en fármacos, debe contar siempre con la supervisión de un médico o profesional, como única y primera garantía, no sólo de su utilidad efectiva, sino también en favor de nuestra salud.
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