Los tatuajes han resurgido convertidos en un auténtico arte aplicado a la estética corporal. Sin embargo, la vertiente sanitaria de lo que sin duda es una intervención sobre la piel suele no gozar de la atención que debiera.
El arte de decorar el cuerpo procede de culturas antiquísimas que lo utilizaban con fines religiosos, políticos e incluso militares. Sin embargo, fueron los jóvenes de finales de los 60 y principios de los 70 los que encontraron en el tatuaje un medio de expresar su rebeldía y su filosofía antisistema. Aquellos jóvenes maduraron y la "moda" pasó a mejor vida.
Actualmente existe un resurgimiento del tatuaje con fines y planteamientos bien distintos. Incorporado al mundo del estilismo como un medio estético más, se ha convertido en todo un arte y se aplica en personas de edades y estratos sociales, cada vez más dispares, de forma que no resulta extraño observar interés por el tatuaje en personas de más de 40 años.
Sin embargo, toda tendencia social en ascenso presenta peligros, caras ocultas que, de no ser tenidas en cuenta, pueden acarrear consecuencias negativas. En el caso concreto del tatuaje, su vertiente sanitaria debe ser observada con mucha atención, ya que se trata de una técnica basada en intervenciones invasivas. Medidas necesarias como la higiene y esterilización del instrumental resultan primordiales para no causar perjuicios a la salud del cliente.
Es por ello aconsejable que, antes de ponernos en las manos de un supuesto profesional del tatuaje, obremos con cautela. Existen, por ejemplo, tintas homologadas para ser aplicadas directamente, sin mezclarlas con agua ni ningún otro líquido. Sin embargo, algunos "tatuadores" sí las mezclan porque así ahorran material.
Es indispensable, por otro lado, tomar las medidas oportunas para garantizar la higiene tanto del instrumental como de la zona del cuerpo que se va a tatuar. Un vistazo a los preparativos previos nos basta para saber si estamos ante un profesional o no.
El auge del tatuaje ha provocado la aparición de "intrusos", supuestos "profesionales" que no tienen ni los conocimientos ni la preparación necesaria para llevar a cabo este tipo de intervenciones y que, en consecuencia, pueden provocar sin saberlo serios problemas de salud en las personas que confían en su buen hacer. Conviene asegurarse antes de poner nuestra piel en sus manos.
1 Comentario en "Los tatuajes ya no son cosa sólo de jóvenes"
Respetuosamente, cada loco con su tema. Pero particularmente no me haría ningún tatuaje, no lo creo necesario, lo mas importante es la presencia personal vistiendo ropa adecuada y debidamente aseado