El clavo de olor es el nombre con el que se conoce a una especie muy popular en el mundo entero. A pesar de que responde al mote científico de Eugenia caryophyllus, se trata de una flor cuyo capullo es recogido cuando pasa de verde a un color cercano al púrpura. Allí, el proceso posterior de secado le da su apariencia de clavo, a la cual estamos habituados.
Es muy común encontrar el uso del clavo de olor en la gastronomía de muchas regiones. Sobre todo en Oriente, ya que es oriundo de las zonas ribereñas del Océano Índico, más allá de que hoy día se coseche en diversas zonas de todo el mundo.
El clavo de olor se distingue por ser muy aromático, estando estos olores concentrados en su alto porcentaje de aceites volátiles. Además de su particular aroma, se destaca por cierto tono acre, resultando también algo picante.
Lo cierto es que el clavo de olor puede estar en preparaciones tanto dulces como saladas, amén de su amplio uso dentro del mundo de las medicinas naturales, donde sirve para preparar tanto enjuagues bucales como infusiones carminativas, entre otras cosas.
Es común encontrarlo en bebidas como el licor ratafia o el vermouth casero. Pero también en un ketchup o en un afrodisíaco natural.
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