"Los ambientes de Alta Montaña están catalogados entre los más frágiles, por lo mucho que tardan en recuperarse una vez que son dañados", señala el primer párrafo que abre ellibro "Patagonia, las leyes de la Alta Montaña", escrito por Santiago de la Vega, en colaboración Marcela Ferreyra y Claudio Chehébar.
La falta de respeto de los visitantes por esos sitios naturales se traduce en los lugares. De hecho, el leit motiv del libro es "no deje signos de que usted haya estado alguna vez en el lugar". La bióloga Marcela Ferreyra, una de las colaboradoras en la realización del libro explica que "el paso de los caminantes es una de las amenazas y la otra es la basura que queda, especialmente todos los desechos humanos".
La explicación se encuentra en el clima. Debido al frío intenso que hace en las regiones de alta montaña, hay una escasa actividad bacteriana, lo que genera que la materia fecal quede estacionada en el lugar por un largo tiempo.
En el Aconcagua argentino, al parecer, encontraron la solución, según relató la especialista. "En el Parque Aconcagua ahora es obligatorio bajar con la materia fecal, para lo cual entregan unas bolsas, que al llegar abajo se les controla la numeración y se las pesa. Hay todo un control para estas evacuaciones", precisó la bióloga.
Para evitar estos y otros impactos en el ambiente de alta montaña, los autores enumeraron una serie de consejos para aquellos que se aventuren a visitar las alturas. Planificar las salidas y que éstas sean en grupos menores de diez personas, buscar información sobre las condiciones climáticas para llevar el equipamiento necesario y hacer un mejor y más adecuado uso del lugar son algunas de las cosas a tener en cuenta para no afectar el medioambiente y disfrutar idóneamente de la experiencia.
En cuanto al equipo, el libro aconseja contar con los elementos indispensables como calentador de montaña, puesto que está prohibido hacer fuego en la alta montaña, y envases para transportar y almacenar agua. La comida debe ser liviana y hay que evitar envases de vidrio y las latas. Todos los residuos producidos, tanto orgánicos como inorgánicos, deben regresar y nunca deben enterrarse o quemarse.
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