Llega el buen tiempo y con ello, una práctica cada vez más extendida para ocupar nuestro tiempo de ocio los fines de semana: las acampadas, por eso conviene cuidar nuestra piel hasta extremar las precauciones.
Pasar unos cuantos días en contacto directo con la naturaleza supone para nuestra piel amenazas como las quemaduras, contra las que podemos estar perfectamente protegidos si tomamos una serie de medidas preventivas.
La exposición continuada a los efectos del sol conlleva una seria amenaza para nuestra piel, más ahora que sabemos de la degradación sufrida en los últimos tiempos por la capa de ozono, único escudo terrestre contra los temibles rayos ultravioleta. Por eso, cabe extremar las precauciones en este particular para no acabar sufriendo molestas quemaduras que, a largo plazo, pueden acarrear además serios problemas de salud.
Así, la primera recomendación pasa por intentar no estar expuesto demasiado tiempo más de una hora- al Sol, por lo que fijar el lugar en el que vamos a descansar y el destinado para comer a la sombra es importante. Otro consejo muy útil en este sentido es usar, en la medida de lo posible, sombreros o gorras que cubran nuestra cabeza, puesto que el cuero cabelludo no está a salvo del efecto del Sol.
Las horas centrales del día entre las 11 y las 15 horas- son aquellas en las que el Sol castiga con más intensidad y, por consiguiente, en las que resulta más peligrosa la exposición al Sol. Huir, durante estas horas, de realizar actividades que precisen estar cierto tiempo al Sol es una buena medida para evitar sorpresas.
Existe la falsa creencia de que zambullirse en el agua reduce la incidencia de los rayos solares en nuestra piel. Que el agua de una piscina o de la playa nos refresque no significa que los rayos del Sol nos perjudiquen menos Más bien todo lo contrario: el agua tanto si es salada como dulce- actúa como un prisma que incluso aumenta la potencia con que el Sol actúa sobre la piel. Por ello, es muy recomendable aplicar un protector solar incidiendo con mayor profusión sobre hombros, cara, espalda y brazos, antes de entrar en la piscina o el mar.
Por último, cabe recomendar no ubicar nuestro campamento demasiado cerca de vegetación muy tupida o de lugares con agua estancada o sucia, puesto que suelen estar infestados de insectos. Conviene, en todo caso, utilizar protectores contra picaduras como medio preventivo.
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