El organismo seguramente debe estar procesando el exceso de calorías ingeridas, acumulando grasa a modo de reserva.
Por tanto debes iniciar una depuración, aumentando el consumo de agua mineral, e incorporando obligatoriamente cinco piezas de verduras al día, o al menos dos frutas por jornada.
También deberás moderar el consumo de alimentos hasta crear un déficit calórico para descender de peso si es que estás con exceso.
De todos modos, cuando vuelvas a la actividad, el cuerpo te pedirá que ingieras alimentos poco procesados para realizar una supercompensación al estímulo de trabajo realizado.
Las dos primeras semanas realiza ejercicio de forma moderada.
Comienza con dos días de aerobios y uno de fuerza específica, todos en días alternos.
Los ejercicios aeróbicos pueden ser: remar, correr, caminar, nadar, pedalear, escalador, saltar la comba.
- Empieza la primera semana con 15 minutos a un ritmo tal, de modo que cuando termines tus pulsaciones estén en las 130 por minuto.
- En fuerza, haz dos series de 20 repeticiones de 6 a 8 ejercicios que trabajen la espalda, piernas, pecho, abdominales y brazos.
- Terminada las primeras dos semanas, comienza la tercera con los aeróbicos trabajando a un ritmo de 130 pulsaciones pero esta vez entre 20 a 25 minutos.
La diferencia es que vas a agregar un día más de fuerza, siempre dejando 48 a 72 horas como mínimo entre una sesión de fuerza y la otra, lo mismo para los aerobios.
- Al finalizar el mes puedes optar por seguir un plan de fuerza u aeróbico, por tanto deberás incrementar un día a la semana de entrenamiento del sistema que elijas y sacar una sesión del otro, de esta manera te aseguras más especificidad en tu programa.
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