Las bases de toda meditación son: la postura y la respiración. Son los dos puntos donde debes concentrarte para iniciar lentamente un viaje profundo y espiritual a tu interior.
La postura perfecta
De todas las posturas destinadas a la meditación, la posición de loto es, sin duda, la más apreciada. Es una postura fácil que además, trabaja progresivamente la flexibilidad de los ligamentos y las articulaciones de las rodillas y los pies.
Técnica de postura
- Siéntate en el suelo, separa las rodillas de modo que las piernas formen aproximadamente un ángulo recto.
- Dobla la pierna izquierda, coloca el talón sobre el perineo. La planta del pie toca debe tocar el muslo derecho.
- Lleva la pierna derecha hacia ti, de modo que el talón del pie derecho esté frente al ombligo y levantado hacia arriba.
- La posición del pie derecho tiene una gran importancia: ayudándote con las manos, aparta los músculos del muslo izquierdo y coloca todos los dedos de los pies entre la pantorrilla y el muslo.
- Extiende los brazos, con los bíceps hacia adelante y las muñecas apoyadas en las rodillas. Coloca la uña del dedo índice en el dedo pulgar formando un círculo.
- Los tres dedos restantes deben estar unidos sin rigidez.
Técnica de respiración
Cuando hayas adquirido la postura correspondiente, debes comenzar con la respiración:
- La inhalación y la exhalación deben hacerse por la nariz.
- Primero realiza algunas respiraciones profundas, para ir regularizando el ritmo cardíaco.
- Cuando hayas entrado en una relajación inicial, comienza a hacer inspiraciones lo más profundas que puedas y sostener durante 3 segundos antes de exhalar.
- Luego de la exhalación (que debe durar lo mismo que la inhalación) espera 3 segundos antes de inspirar nuevamente.
- Repite este ejercicio durante varios minutos hasta lograr una relajación total. Posteriormente puedes dejar de sostener la respiración y dejar que sea contínua.
- Trata de visualizar, durante todo el ejercicio, un árbol, una nube, alguna imagen de claridad o naturaleza.
Beneficios de la postura
- Esta técnica estabiliza el cuerpo y tranquiliza la mente.
- La unión de los pies y la posición de las manos procuran un gran reposo a la mente.
- La columna vertebral se coloca en la actitud ideal, lo que permite una larga inmovilidad sin fatiga.
- El tórax se expande y favorece una respiración amplia y cómoda
- Proporciona seguridad, serenidad y disipa angustias.
Técnica de Respiración Purificadora
Para practicar cualquier técnica de meditación, es importante realizar ejercicios respiratorios que limpien los pulmones y purifiquen el aire dentro de ellos:
- Siéntate de piernas cruzadas (como la postura anterior pero con los pies relajados):
- Has una inspiración profunda, retén un poco el aire y después pon los labios como si fueses a silbar.
- Una vez hecho esto, empieza a exhalar fuertemente como si fueses a apagar una vela, pero sin inflar las mejillas (deben estar contraídas y cóncavas)
- Estas exhalaciones sucesivas expulsan el aire hasta dejar los pulmones completamente vacíos. Luego de al menos 10 repeticiones descansa unos minutos y repítela una vez más. Al cabo de una semana puedes hacerla varias vece al día.
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