Para utilizarse como refrigerador, la cocina embudo presentaría el mismo montaje que tendría durante las horas de sol, con dos excepciones:
1- El embudo debe estar orientado hacia el cielo oscuro de la noche. No debe apuntarse hacia el piso, un árbol o una pared, porque la radiación térmica puede disminuir el efecto refrigerante.
2- Hay que colocar dos bolsas envolviendo el bote o tarro en vez de una, con espacios entre las mismas y el bote, que en esta oportunidad funcionaría como recipiente de la nevera. Estas bolsas de HDPE (polietileno de alta densidad) e incluso las normales, aumentan la potencialidad del embudo como refrigerador nocturno.
Como resultado de estos cambios, el bote de cocción se convierte ahora en un pequeño frigorífico para utilizar en horas de la noche.
De esta manera, se alcanza una temperatura aproximada de unos 10º C más baja que la temperatura ambiente, utilizando este simple aparato de fabricación casera.
En ocasiones, si el clima externo ayuda, es posible obtener hielo con este dispositivo natural.
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