La alcachofa, coadyugante en las dietas de control de peso

La ingesta de alcachofa ha sido asociada tradicionalmente a la obtención de beneficios para la salud como la mejora de la función diurética, una mejor protección del hígado, etc. Ahora se sabe que las mayores propiedades medicinales de la alcachofa no están en su fruto, sino en sus hojas.

Entre las propiedades que muestra la hoja de la alcachofa cabe destacar un principio activo que ayuda, por ejemplo, a segregar bilis. La secreción de bilis tiene un papel básico en la metabolización de las grasas, función fundamental para adquirir un mayor equilibrio digestivo y para desechar todo aquello que nuestro organismo no necesita.

Por otro lado, la ingesta de la hoja de alcachofa ayuda a eliminar toxinas de forma natural, además de aumentar el tránsito intestinal, factor éste muy beneficioso puesto que favorece las digestiones ligeras y sin molestias.

Si además tenemos en cuenta que, como el fruto, las hojas de la alcachofa tienen un claro efecto diurético, el tratamiento resultante de su ingesta es más que conveniente para prevenir, por poner algunos ejemplos, diversos trastornos relacionados con la próstata y las funciones renales, procesos digestivos pesados, estreñimiento, etc.

Las hojas de la alcachofa tienen un sabor amargo, por lo que sus reconocidas propiedades medicinales sólo son aprovechables mediante su ingesta en forma de cápsulas –mitigando de esta forma que nuestro paladar lo rechace por su sabor-.