Después del agua, el té es la segunda bebida más consumida en el mundo y es normal que surja todo un mundo relacionado con la decoración de los objetos que sirven el ritual a la hora del té.
El té cuenta con numerosos adeptos a lo largo y ancho del orbe y ya sea por influencia oriental u occidental, lo cierto es que su consumo arraiga a cada día que pasa. También aumenta su consumo gracias a los consejos de especialistas que recomiendan tomar bebidas con menor cantidad de cafeína para no alterar el sistema nervioso y que recurren al té para colmar sus ansias de sed y disfrute personal.
Todo ello sin contar con sus numerosas propiedades medicinales que van desde la psicología en las tertulias que origina hasta la relajación según el momento del día elegido para su ingesta y la estética, por las diversas aplicaciones de determinadas variedades como el té verde.
Ante una cultura del té, era obvio que surgieran establecimientos especializados en cuidar hasta el máximo detalle a los accesorios y objetos decorativos que envuelven a este ritual. Así, para decorar los más de 180 tipos de té que existen en la actualidad existen otros tantos modelos de teteras, filtros y tazas, con esta finalidad.
En el mercado podemos encontrar desde cajas de metal de diferentes formas y colores, hasta bolsas fabricadas en plástico, aluminio y papel que mantienen intactas las propiedades del té, así como su sabor y olor; o incluso cajas de madera a modo de dispensador para las bolsas que pretenden conservar mejor su aroma y durabilidad.
En cuanto a teteras las podemos encontrar de barro, porcelana, hierro y vidrio; éstas últimas suelen ser las más buscadas puesto que permiten apreciar los colores de la bebida y mantenerla a la temperatura ideal en la mesa. Las tazas que hacen juego con la tetera suelen ser bajas, anchas y pequeñas, muy influenciadas por la tradición oriental e incluso suelen ser sin asas porque en los países asiáticos las usan para calentarse las manos.
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